Estudiar las leyes que todos creíamos reales equivale a aprenderse de memoria una novela fantástica: es difícil, pero no es cierto.
El gobierno encarga nuevos libros de leyes como si fueran la nueva entrega de Harry Potter. Siguiendo los dictados de aquellos que mueven los hilos de los títeres que parecen dirigir nuestros países, un gran número de novelistas secuestrados plasman en papel lo que luego conocemos como "La Constitución", o "El Código Penal"; que, aunque se respetan en pequeña medida, a gran escala pierden todo su poder legislativo, y no son más que cuentos.

La última palabra siempre la tendrán los auténticos amos del país: conspiradores en las sombras que buscan nuevas formas de explotarnos. No creáis las leyes que todos conocen: las auténticas son otras, como el decreto palmeril que prohíbe el consumo de palmeritas en todo el país.
¡Seguid luchando contra la represión palmeril!
1 comentarios:
Ire con ojo por la calle, señor Juanma, malditas leyes represoras.... xD
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