Al final, nadie ha querido ayudarnos a recopilar leyendas urbanas (snif, qué penita) ¡Menos mal que nosotros tenemos muchas!


(imagen vista aquí)


La mayoría de las leyendas se basan en correos-cadena, habladurías de amistades y familiares o internet. No nos las hemos inventado, pero si es verdad que quizás omitamos o añadamos algún detalle, ya que un servidor que está aquí escribiendo lo hace de memoria directamente, sin consultar en ningún sitio. Pero bueno, eso es lo que hace divertidas las leyendas urbanas.

Y hechas las presentaciones, vamos allá con las leyendas sobre los fast-food:


- Carne de rata para las hamburguesas


Vale, ésta la hemos oído todos alguna vez. Yo os voy a contar una anécdota que me contó una antigua compañera de clase hace años, relacionado con esto:

Según ella, la prima de una amiga suya (cosa típica en las leyendas urbanas, las primas de las amigas) , fue con su madre a comer a un Mc Donalds. Mientras se comía una hamburguesa, se atragantó y empezó a dolerle mucho la garganta, así que su madre la llevó al médico. La tuvieron que operar y el médico descubrió que lo que le causaba dolor en la garganta era una uña de rata.

¿Verdad o mentira? Juzguen ustedes mismos. He de añadir que Mc Donalds ha presentado estudios alegando que usar carne de rata sería más caro que usarla de vaca, así que, según ellos, sería absurdo que lo hicieran. A no ser, claro está, ¡que sean malvados!


- Carne de bicho mutante

Esta leyenda circuló por internet en correos basura (yo recibí no uno, sino varios idénticos, si mal no recuerdo), e incluso puede que siga circulando por ahí en cadenas de email.

Lo que defendía este correo era que Mc Donalds utilizaba para hacer sus hamburguesas unas criaturas fruto de la ingeniería genética que eran como bolas de carne con boca, sin ojos ni huesos ni nada, a las que engordaban alimentándolas con tubos.

Yo siempre me imaginaba que esas bolas serían algo así como los malos del DOOM.


- Jeringas con sida en las piscinas de bolas

En algunos Mc Donalds, Buguer King, etc. hay zonas de juegos para niños con piscinas de bolas de plástico. Pues bien, esta leyenda cuenta la siguiente historia:

Al parecer, un niño fue con sus padres al Mc Donalds y estuvo jugando en la piscina de bolas. Al rato, el niño se acercó a su madre quejándose de un dolor (no recuerdo dónde, pongamos que era en el culete, que queda más gracioso) y al mirar la madre vió que tenía una aguja de una jeringuilla clavada. Lo llevaron al hospital y allí les dijeron que la aguja estaba infectada con sida.


De esta leyenda existe otra variante para el Burguer King, pero en esta ocasión no eran jeringas lo que había en la piscina de bolas, sino serpientes de cascabel bebé. En esa leyenda, el niño no se contagiaba del sida, sino que moría envenenado de una picadura.
Yo la verdad que siempre he sido más de toboganes, así que esta leyenda urbana no me preocupa.


- Latas de refresco envenenadas con pis de rata


Esta leyenda es aplicable a todos los fast-food y restaurantes, la verdad. Circuló por internet hace unos años e incluso recuerdo haber visto reportajes de televisión en las noticias y tal sobre esto mismo.

Según se decía, los restaurantes y los mayoristas distribuidores de latas de refresco las almacenaban en lugares donde había poca higiene y vivían ratas. Las ratas, entonces, orinaban sobre las latas. Debido a esto, varias personas habían enfermado o incluso muerto al beber de una lata de refresco, ya que el borde de ésta estaba impregnado de la orina del roedor.


Había varias versiones de por qué la orina de rata podía matarte. Yo he oído desde que era venenosa de por sí (como el veneno de una cobra, vaya) hasta que contenía virus malignos. Que cada uno piense lo que más le guste. Podéis pensar, por ejemplo, que es orina láser.



- Cucarachas en los refrescos

Todo un clásico. Si preguntas por ahí, parece ser que a la mitad de los familiares de amigos de la gente les ha pasado esto:


Pides un refresco, te lo ponen con el vaso de papel típico con su tapadera, con hielo. Resulta que te lo estás acabando y empiezas a notar un sabor raro. Abres la tapa y... ¡Tachán! En el fondo de tu vaso, entre los cubitos de hielo, hay una cucaracha muerta.


Probablemente si me pasara a mí me alegraría mucho, porque la indemnización por parte de la empresa sería prácticamente segura, ¡eso sin contar que la cucaracha te la ponen pero no te la cobran! Así que tampoco hay mal que por bien no venga. Y lo mismo hasta le da un sabor exótico al refresco, quién sabe...

Esta leyenda surgió probablemente para que no estuviéramos seguros bebiendo nada, ya que así todo estaba infectado (si la orina de las latas no era suficiente, ahora están los artrópodos de los vasos... hay que fastidiarse).



- Tickets groseros para clientes gordos

Ésta trata sobre una campaña publicitaria controvertida de la que nadie se enteró pero, según la leyenda, existió.

Al parecer, Mc Donalds decidió hace un tiempo "premiar" a sus clientes más gordos con unos vales para ensalada. Según se dice, en estos vales se especificaba que sólo podían ser usados por personas de más de un número específico de kilogramos de peso, y además en los vales se incluía la frase "la próxima vez, prueba con una ensalada, gordito".


¡Un insulto a sus mejores clientes! Eso sí, también existe la versión de la leyenda en la que en lugar de un vale por una ensalada, les regalaban un vale por una hamburguesa por ser los que más dinero le daban al negocio, que tampoco creo que sea políticamente correcto (porque sigue discriminando a las personas por su aspecto físico) pero al menos en esta versión no había un mensaje en el que te llamaran gordo escrito en el vale.


-La verdad sobre los McNuggets

Ya la comentábamos una vez en el blog hace un tiempo, puedes visitar la antigua entrada para enterarte.

Eso ha sido todo por esta vez. Si os ha gustado no os olvidéis de comentar y de participar mandándonos más historias y leyendas urbanas que hayáis oído para hacer una segunda entrega.
¡Necesitamos tu ayuda!

Queremos hacer una pequeña recopilación de leyendas urbanas y rumores sobre restaurantes de comida rápida (Mc Donalds, Burguer King y demás amigos de la comida sana). Todos hemos oído muchas, y seguramente ya se habrá hecho esto mismo en otros blogs/páginas web anteriormente en varias ocasiones.

Pero nosotros queremos oírlas de nuestros lectores. Vale todo: lo que os contó tu padre que a su vez oyó de un amigo en el bar, lo que leísteis en aquel foro de salud, lo que os contó aquel alarmante e-mail en cadena... ¡Todo!

¡Nos encantan los rumores!

Podéis hacernos un reply en twitter, dejarnos un comentario, mandarnos un correo... lo que queráis. Nosotros ya tenemos unas cuantas anécdotas preparadas (falsas o no), a ver si conseguimos una buena recopilación de ellas.
.
Nuestro querido lector Palmeril, Antton, un maestro de la blogosfera donde los haya, nos envía un artículo para participar en el concurso que hemos organizado. Aquí lo tenéis, para vuestro disfrute y regocijo:

Flipping in Switzerland

No sé qué le ponen a los porros en Suiza, pero aquello no me había pasado nunca y no me ha vuelto a pasar. Siendo estudiante estuve un verano cogiendo fruta por allí para pagarme las vacaciones, aquellas maravillosas vacaciones que acabaron con una visita al Vaticano. Además de tomates, (que te eslomas por la postura que hay que poner, así como medio agachao, medio no) albaricoques y alguna que otra cosa más, un par de días los dediqué a la manzana. Es un trabajo cómodo pero terriblemente aburrido: te subes al árbol, que son pequeñitos, te acomodas en una rama y vas cogiendo una por una las piezas, despacito, sin apretar mucho además, que si no al cabo de los días se les quedan marcados los dedazos. La pones en el cesto suavemente y a por otra. Es igualito, igualito a eso que dicen de aprender a bailar sevillanas, aquello de la cojo, la como y la pongo… o algo así, sólo que sin comerla, que si no, ni pagan.

El caso es que el segundo día, en un descanso, me pasaron un porrillo. Le dí un par de caladas, no más, y tras un poco de charla nos volvimos a subir cada uno a su árbol. Al cabo de un rato la cosa empezó a hacerme efecto… Resulta que en las hojas había mensajes… Sí, mensajes extraños y desconcertantes. Mensajes del más allá, supongo, porque eran misteriosos: “Mira detrás de la hoja” me decía uno y yo miraba… Y allí ponía: “Mira delante de la hoja…” así que si alguien me observaba habría visto cómo en vez de coger manzanas cogía las hojas las remiraba y les daba la vuelta. Pero la cosa no quedó ahí. Al cabo de un rato las hojas empezaron a criticarse y a discutir entre ellas. “Mira esa…” y yo miraba “…es una verde”. “No te fíes de aquella que tiene doble cara” me decía otra.

En esas estaba yo cuando en la montaña de al lado se reflejaba el sol del atardecer resaltando sus vetas, sus estratos, alternando el color arena, los sienas tostados, los rojizos y los ocres en una hermosa conjunción astral de color… Y de repente, con los últimos rayos se abrió la montaña y salió una bruja volando en su escoba. Fue descendiendo haciendo círculos en el aire hasta donde estaba y, sin pedir permiso ni nada, se metió en mi cabeza. Ahí sigue supongo, porque no ha vuelto a salir. Esa noche, volviendo a casa, las luces de Lausanne, encaramada sobre las colinas al borde del lago Leman, parecían una galaxia cercana y el Renault 5 era una auténtica nave espacial. La madre que me parió, qué le pondrán a los porros en Suiza.

A nosotros nos ha parecido un artículo estupendo, además de ser el primero que participa en el concurso. Antton tiene su propio blog, mejor y más divertido incluso que el nuestro, un blog del que nos declaramos seguidores asíduos, y podéis visitar aquí. Es uno de esos imprescindibles en tu lista de feeds, junto con "Legalize Palmeritas (ja... ja... ja...).

¡Recordad que para participar, sólo tenéis que hacer lo mismo que Antton y enviarnos un artículo! ¡Hay una camiseta esperándoos!
Os recordamos que estamos de aniversario en el blog. Hace unas semanas anunciamos nuestro estupendísimo concurso en la web, con motivo de nuestro segundo cumpleaños.

Recordad que lo único que tenéis que hacer es enviarnos un artículo escrito por vosotros, o un montaje fotográfico, o ambas cosas. Y entre los mejores sortearemos una camiseta. Así, sin pagar ni un duro, "de balde".

Aún tenéis tiempo hasta el 15 de Septiembre, más de un mes para pensar en algo original.

Y ahora, es vuestro turno: ¡a escribir!

Más información y bases del concurso
.